¿Qué es ¡Oh Jesús mío!?
La oración «¡Oh Jesús mío!», también conocida como la jaculatoria de Fátima, es una breve pero profunda invocación que nos recuerda la infinita misericordia de Jesús y nuestra necesidad de su perdón. Esta oración, que forma parte de las oraciones enseñadas por el Ángel de Portugal y la Virgen María a los pastorcitos de Fátima en 1917, nos invita a pedir perdón por nuestros pecados, a implorar la liberación del infierno y a confiar en la promesa del cielo. Es una oración de arrepentimiento, esperanza y amor a Dios.
¡Oh Jesús mío!
¡Oh Jesús mío!,
perdona nuestros pecados,
líbranos del fuego del infierno,
lleva todas las almas al cielo
y socorre especialmente
a las más necesitadas de tu Misericordia.
Origen de la oración «Oh Jesús mío»
Esta oración tiene su origen en las apariciones de la Virgen María en Fátima, Portugal, en 1917. Según los relatos de los tres niños pastores, Lucía, Francisco y Jacinta Marto, tanto el Ángel de Portugal en sus apariciones de 1916, como la Virgen María en sus apariciones de 1917 les enseñaron diversas oraciones, entre ellas esta jaculatoria. La Virgen María, en particular, pidió que se añadiera esta oración después de cada decena del Santo Rosario.
Según el testimonio los tres pastorcitos, Lucía, Jacinta y Francisco de las apariciones de Fátima, la Virgen María les mostró una visión del infierno, durante su tercera aparición el 13 de julio de 1917.
¿Qué nos quiso decir la Virgen con esa visión infernal?
El propósito principal de la visión del infierno fue enfatizar la realidad del pecado, sus terribles consecuencias y la urgente necesidad de conversión y arrepentimiento. La Virgen quería que los niños, y a través de ellos el mundo entero, comprendieran la gravedad del pecado mortal y el destino que aguarda a las almas que mueren en estado de pecado sin arrepentirse.
Más específicamente, la visión del infierno tenía varios propósitos:
- Concientizar sobre la realidad del pecado y sus consecuencias: En una época en la que el pecado parecía relativizarse, la Virgen quiso recordar la existencia del infierno como consecuencia del rechazo a Dios.
- Motivar a la oración y la penitencia: La visión buscaba impulsar a la oración y el sacrificio por la conversión de los pecadores, para evitar que sufrieran ese terrible destino.
- Enfatizar la importancia de la devoción al Inmaculado Corazón de María: La Virgen reveló que Dios quería establecer en el mundo la devoción a su Inmaculado Corazón como un medio de salvación y de paz.
¿Tiene que ver que la Virgen haya enseñado la oración del «Oh Jesús mío» a causa de la visión del infierno?
Sí, existe una clara conexión entre la visión del infierno y la oración del «Oh Jesús mío». La Virgen enseñó esta oración precisamente después de mostrarles el infierno a los niños. La oración se centra en pedir perdón por los pecados, la liberación del fuego del infierno y la misericordia para las almas, especialmente las más necesitadas.
La oración del «Oh Jesús mío» se convierte así en una respuesta directa a la visión del infierno. La visión del infierno y la oración del «Oh Jesús mío» están íntimamente ligadas. La visión muestra la terrible realidad del pecado y sus consecuencias, mientras que la oración ofrece un camino de esperanza, arrepentimiento y misericordia para evitar ese destino. Ambas buscan impulsar la conversión de los corazones y la práctica de la oración, especialmente el Santo Rosario, como medios para alcanzar la salvación a través de Jesucristo y la intercesión de María.
Explicación de la oración «Oh Jesús mío», frase por frase
Analicemos cada frase para comprender mejor su significado:
- Oh Jesús mío: Es una invocación directa a Jesús, reconociéndolo como nuestro Señor y Salvador, y expresando un profundo amor y confianza en Él.
- perdona nuestros pecados: Reconocemos nuestra condición de pecadores y humildemente pedimos perdón por nuestras faltas. Es un acto de contrición y arrepentimiento.
- líbranos del fuego del infierno: Imploramos la protección de Jesús contra el infierno, que representa la separación eterna de Dios. Esta frase nos recuerda la gravedad del pecado y la necesidad de la gracia divina.
- lleva todas las almas al cielo: Pedimos por la salvación de todas las almas, expresando un deseo universal de que todos puedan gozar de la vida eterna junto a Dios.
- especialmente a las más necesitadas de tu misericordia: Esta última parte enfatiza la especial preocupación por aquellos que más sufren, ya sea por su situación de pecado, por su soledad, por su enfermedad o por cualquier otra dificultad. Es una expresión de la infinita misericordia de Dios que se extiende a todos, pero especialmente a los más necesitados.
- Amén: Como en otras oraciones, «Amén» significa «así sea» o «que así se cumpla», confirmando nuestra fe y nuestra petición.
¿Cuándo se reza la oración «Oh Jesús mío»?
Esta oración se reza principalmente:
- Después de cada decena del Santo Rosario, justo después de rezar el Gloria.
- También se puede rezar en otros momentos de oración personal, especialmente cuando se siente la necesidad del perdón y la misericordia de Dios.
Beneficios de rezar la oración «Oh Jesús mío»
Rezar «Oh Jesús mío» nos ayuda a:
- Reconocer nuestra condición de pecadores y a pedir perdón con humildad.
- Confiar en la infinita misericordia de Jesús.
- Tomar conciencia de la realidad del infierno y la importancia de la gracia divina.
- Pedir por la salvación de todas las almas.
- Cultivar un profundo amor a Jesús.
La oración «Oh Jesús mío» es una poderosa expresión de arrepentimiento, esperanza y amor a Dios. Te animo a incorporarla en tu vida de oración, especialmente al rezar el Santo Rosario, y a experimentar la paz y el consuelo que ofrece la misericordia divina.
En el rezo del Santo Rosario, previa al rezo de esta oración, se reza El Gloria. Luego de terminar de rezarlo, le sigue el anuncio del Misterio del correspondiente al día y luego de rezar las decenas, le sigue La Salve.